viernes, 23 de diciembre de 2011

Sol de Amor.

Estaba buscando cosas inspiradoras para escribir algo romántico. No sé si es la época, o mi edad, o la soledad que a veces me recuerda que está a mi lado. Decidí sentarme en la terraza a escuchar música, a intentar cantar un poco, cuando lo próximo que veo es el maravilloso atardecer de mi tierra borinquen.

Esos colores naranja con destellos rosados que se asoman por las nubes cada día que el sol esta yéndose para iluminar de esperanza a otras tierras del mundo son los que se me incrustan en las venas. No sé qué es más inspirador: si una luna redonda entre blanco y rojizo, una bien grande que va alumbrando las calles acompañada de pequeños grillos o, aquí en Puerto Rico, unos coquis silvando y que sonríe cuando estamos felices y que se oculta cada vez que nos ve llorar. O si una tarde con un cielo un poco untado de nubes muy blancas manchadas con el soplo del sol que decide darle la bienvenida a esa Luna.


Ese día, el de la foto, me senté a admirar cómo, una vez más, el sol nos dejaba languidecido, cansado, agotado. Se largaba sólo dejando colores mezclados que ni pude definir. Algunos que se reflejaban en las sonrisas de las parejas enamoradas y otros en las lágrimas de aquellos solos. No nos discriminó. Todos sentíamos su suspiro el cual susurraba que sólo lo que quedaba, al final del día, era el amor. 

Cada atardecer nos muestra que hasta la naturaleza nos ama. ¿Quién no es capaz de sentirse flechado, como si cada rayo de sol se entrara por las venas, con esos colores? Pasar de un naranja pasional a un rosado dulce, para después sentir la desolación del morado que le da paso al azul nocturno bienhechor de estrellas lunáticas es amor, puro amor.

Quizás por eso amamos dormir cuando llueve por la tarde. Ver una tarde sin sol, sin colores, sólo esos grises llorones, despreciados por la viveza del calor y acogidos por la soledad del frío, esos que con la lluvia sólo preferimos sentir cuando estamos acompañados para abrazarnos y amarnos. Por eso preferimos dormir, la lluvia arrulla, el sol nos aviva.

Es así de perfecto porque así mismo es inalcanzable y estas manos humanas llenas de avaricia y destrucción no pueden dañarlo. Tan perfectos como los ojos que nunca mienten, que siempre brillan y que siempre alumbran cuando miras al sol, al Sol de Amor.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Diciembre llegó con su alegría

Nunca pensé que fuese a acabarse esta semana. Siento que nací y viví toda mi vida en esta, pero no estoy muerta, relájense.

Les contaré.

Todo empieza con el bendito -o maldito- lunes; ese en el que uno revisa los correos, se actualiza de las noticias, se despierta del universo 'rumba' del fin de semana y vuelve a tomar control de su vida. Descubrí el más grande error del ser humano: no guardar los archivos importantes en el computador. ¿Qué putas piensa una persona empapada de tecnología para no guardar los archivos?

Llega el martes con novedades físicas. Me consideré una persona no alérgica, hasta que descubrí que mi cara me estaba desesperando porque no dejaba de picarme la mitad de ella. Inician los cuestionamientos: ¿habré comido algo que me cayó mal (¿cómo una comida que le 'caiga mal' tenga efectos en la cara?, ¿no se supone que es en el estómago y produce diarrea?)?, ¿serán las cremas, el tónico, las mascarillas ridículas que me aplico?, fijo fue el frío. Ahora está reseca y carrasposa.

El miércoles no fue tan novedoso, sólo me mojé lo suficiente como para ver a Calle 13 temblando y con cera de vela sobre mis manos por querer hacer parte del bulto que encendió las velas para cantar "Latinoamérica".

Ya quería que llegara el jueves porque me iba de viaje; entonces después de hacer 'check in', quise ir a la peluquería y terminé haciéndome mil cosas gracias al gran poder de convencimiento que tenía la dama que me atendió. Tenía poco tiempo para coger el vuelo y gracias a que iba con un menor de edad, terminé perdiendo mi vuelo por un papel faltante. Quería romperle la cara a patadas a la señora de la aerolínea (que no sé cuál es el nombre de su oficio, pero son de las mismas que no saben pronunciar inglés cuando hacen el llamado a abordar).

Prácticamente el jueves y el viernes fueron igual; sólo que el viernes a quien quería romperle la cara a patadas y de paso ponerle una bomba en sus genitales era al señor del DAS que, negligentemente, no me dejó abordar mi segundo avión. Ése mismo día me di cuenta que hacían falta 200 dólares de un dinero encomendado; perdidos, robados, extraviados, el caso es que ya no existen en mi bolsillo.

Oh! Glorioso sábado. Todo iba bien, logré abordar mi avión y leer en él sin dormirme en la primera media hora del vuelo. Llegué a Panamá y me encuentro con que en mi vuelo a San Juan irían famosos reggaetoneros de los cuales sólo distinguí a Tego Calderón. Y fue ahí, fue ahí cuando me di cuenta que no tenía mi iPod conmigo y corrí a través de todo el aeropuerto internacional de Panamá detrás de él. No sé en qué estaba pensando en ese momento. Quizás pensé que en Panamá, a diferencia de Bogotá, no robarían. ¡Qué ilusa! Obvio que lo había perdido: ya no tenía música, fotos, videos, notas, aplicaciones, juegos o algo 'touch' en el que pasar mi tiempo. En el avión ya no estaba mi iPod, en mis manos ya no estaría mi iPod.
No acaba ahí, cuando me doy cuenta de que estaba cantando una canción de reggaetón en frente del cantante de la misma y pasé la pena más inmensa al decirle que debía cantarla conmigo. Sí, estaba desorientada al sentirme faltante de mi aparato reproductor y no tener mi música cerca. Pido perdón a los ofendidos por esto, especialmente a mi alterego rockero.

Al llegar el domingo me dije: "es el precioso día de descanso, déjenme en paz los que me están echando la sal". Bueno, no pasó nada alarmante, me dio un gran dolor de cabeza y quise neutralizarlo escribiendo unas cuantas babosadas que sólo me importan a mí.

El caso es que reté a la mala suerte, a los que me estaban maldiciendo, a los que estaban pinchando el muñeco budú con alfileres, a los que estaban rezándole a una veladora para que todo me saliera mal, porque aquí estoy cagada de la risa contándoles a todos la mejor semana de mi vida.

viernes, 9 de diciembre de 2011

¿Qué les puedo decir?

Si alguien se pregunta cómo iniciar un escrito, yo podría decirles que es algo así como dibujar: trazas líneas y empiezas a juntarlas hasta que logres algo, así sea lo más idiota. Bueno, así creo que será este escrito: bastante idiota.

Hoy no quiero quejarme, estoy agotada de quejarme tanto por aquí, delante de todos, en silencio, llorando de desespero por la ineptitud de tantos, que ya no quiero más. Todo sigue igual.

Todo sigue igual y así mismo empieza el día con lo mismo de siempre. El despertador. La pereza de levantarse en la mañana. La lochita arrunchado con las cobijas. La levantada 30 minutos o 1 hora más tarde de lo que se debe. ¿Me baño el pelo o no? ¿Desayuno en la casa o no? ¿Me voy en taxi o camino a coger el bus? ¡Qué pereza todo! ¡Qué aburrido ir al centro! Lo único que puede hacer "diferente" tu día es la música, y ni siquiera tan diferente, porque en tu iPod siempre está la misma música... ¿y el ánimo también está igual que siempre?

Un día diferente pero todo igual. ¿Dónde está la diferencia?

Siempre cuestionándonos lo mismo. Siempre conformándonos con lo mismo. Siempre lo mismo; lo mismo de siempre. No hay diferencia en el día... en nada. ¿Todos son así?

¿Por qué termino las frases con preguntas? ¡No más preguntas! Hoy haré todo lo contrario a lo de siempre. Me levantaré más temprano; me despertaré con metal, con rock, con lo que sea, pero con música. Iré al gimnasio... o tal vez correré por el parque más cercano retando el frío de las 6:00am. Comparé una bicicleta y me iré en ella al bello centro de mi ciudad. Y si puedo, viajo por todo el país en ella. Es que dicen que el ejercicio produce mucha energía -y de la buena- y eso es lo que hace falta para que apliquemos la palabra 'diferente', 'emocionante', 'excitante', 'alucinante' en nuestras vidas.

Me meteré a clases de baile sobre silla, o sobre el palo, o aprenderé a bailar samba como las Garotas. O algo más relajado como aprender a enredarme en una tela colgada en el aire. O quizás un curso de capoeira, otro de técnica vocal y otro de cómo aprender a tocar guitarra para dummies.

Otro día sólo caminaré acompañada de un cigarro cualquiera, alguno que pueda maximizar los niveles de tranquilidad y que me permita distanciarme de la basura y amar mi belleza, tu belleza, a tí.

Cambios, diferencias, hacer de los nuevos días como canciones sólo para tí, así llenas de amor, de ilusiones, de esperanzas, de promesas y divinas realidades.

Igual... no estamos solos. Todos pueden hacer parte de mis ganas de vivir.


miércoles, 16 de noviembre de 2011

Sí podemos decir adiós.


Buenas días, tardes o noches a todos.

Quiero empezar esta charla con ustedes contándoles lo que me pasó hace algunos años.

Estaba de viaje en Europa con mis padres y llegamos a un hermoso lugar llamado Fiss, en Austria. Lo básico del viaje para mi madre y para mí era aprender a esquiar. Todo un reto. Empezando por cargar los palos y los esquíes y poder caminar con las botas evitando resbalarse por el agua congelada, cosa que no pasaba a menudo con el hielo; uno con el hielo hasta podía divertirse haciendo que patinaba… así como cualquier nuevo turista que conoce la nieve y siente las maravillas de los dedos congelados.

El punto era asumir el reto de aprender a esquiar y bajar las empinadas montañas austriacas. Mami se rindió, incluso luchó contra su cuerpo para mantener el control y no caerse en pequeñas elevaciones, pero sabía que no era lo suyo. Asumió hacer otras cosas. Pero quedaba yo… yo y mi miedo a enfrentar las montañas. Para resumir, el miedo no me duró mucho y al segundo día, en mi primera lección de cómo aprender a esquiar con un alemán que no hablaba inglés, me le medí a ser valiente, valientísima por una vez en mi vida, y me lancé al precipicio. Obviamente me caí, pero cuando caí sentí ese golpe que uno necesita urgentemente para levantarse y seguir controlando cada movimiento.

Y es que, muchachos, así es como debemos asumir todos los días de nuestra vida. Sé que sonará como si estuvieran en un congreso de aquellos que dan charlas para luchar contra la depresión. Pero no miento cuando digo que vivir sin miedos es vivir mejor. ¿No se han dado cuenta que cada vez que sentimos miedo sobre algo, lo estropeamos? Y es que es fácil no “sentir” miedo: no pensando en él. La mente es un monstruo que podemos poner de nuestra parte con esa valentía con la que todo ser humano nace y va fortaleciendo. Cuando me lancé montaña abajo no pensé tanto en si me iba a fracturar las piernas al caerme, sino en todo el aire, por tanto vida, que recorrería a través de mi cara y el sol como testigo.

Así que a vivir sin miedo, que es una maravilla.

martes, 25 de octubre de 2011

Tierra de todos

"El Universo no tiene fronteras, 
nosotros mismos las formamos,
él nos invita a disfrutarla,
conocerla,
enriquecernos,
vivirla,
pero no dañarla".
Alejandra Cruz.

Últimamente están pasando cosas extrañísimas: esta mañana me asustaron; pero bueno, a eso no me refiero, y es que el Universo está tomando una forma asombrosa.

Es como todo, uno tiene días espirituales, días cabrones, días de sólo sonrisas, días de alejamiento, días de todo. Hoy yo tuve un día de encontrones. ¿No les pasa que a veces sienten que se pierden de ustedes y cuando se encuentran están hasta bailando en los buses? Bueno, yo hago eso. O canto. O me río sola.

Hoy la vida con la que me encontré, inesperada y grandiosamente, fue con la de un indígena de nuestra bella Sierra Nevada de Santa Marta, no sé si un Kogui, Arhuaco, Wiwa o Kankuamo, pero era un descendiente de los Tayrona. Lo más insignificante de todo es que yo iba por unas pulseras color rojo que me sirven como protección para las energías y terminó leyéndome los ojos y percibiendo mi espíritu (dijo que era hermoso, ahí verán ustedes si le creen, pero yo sí). Al fin de cuentas, terminamos hablando de cosas maravillosas. De hecho, no es el primer indígena que conozco y todos tienen un espíritu único y a la vez tan tranquilo como similitud.

La gente es tan estúpida que piensa que por ellos ser indígenas son tan insignificantes porque se desenvuelven en otras cosas, como la artesanía, para no ir tan lejos. Yo conozco uno politólogo y he oído hablar de algunos abogados y psicólogos. Lo más interesante no termina ahí. Pensamos que por sus vestimentas o su forma de ver el mundo están "locos", desubicados, mil vainas, palabras poco gentiles. Nadie comprende que el Universo es de todos y él tiene a cada quien en el lugar que merece.

Lo único que sé es que hay costumbres y tradiciones tan hermosas que no se deben intentar remplazar con cosas sin cabida en el espacio. Para ser exactos, la construcción del hotelucho de 7 estrellas en el Tayrona es una patraña gubernamental con el único fin de pasar por encima de su madre tierra, de los que habitan allí, de los que hacen de ese espacio tan tranquilo, algo maravilloso. ¿Será que esos imbéciles alguna vez han ido a caminar con mochilas en su espalda a través de las montañas y llegar, conocer ese paraíso y sentir el mar tan nítido y lleno de luz que tiene esa tierra? Si son imbéciles, no sé, depronto sí; y si fueron fijo se quedaron en las cabañas que hay por ahí conectadas a través de escaleras en cemento... otra bestialidad humana.

A ver si de una vez por todas desisten de construir esa barrabasada por allá, no sólo porque muchísimos de los colombianos no podremos ni asomar las narices, ya que si es 7 estrellas será increíblemente costoso y no podremos ni pagar la sal del mar con la que nos echaremos el chapuzón, sino también porque es meterle "modernidad" a algo ancestral y único de nosotros, por lo que deberíamos luchar por preservar, visitar, conocer, aprender, disfrutar y no concretizar y acabar. ¡No seamos tan imbéciles!

miércoles, 12 de octubre de 2011

For Reasons Unkown

Estaba sentada dispuesta a distraer mi mente en las noticias absurdas del mundo y no pensar en lo absurda que se transformó mi vida; dándome un respirito de mí misma. De repente suena una canción que se llama "For reasons unknown" de The Killers. No pude evitar concentrarme en ella, no sólo porque me gusta, sino que empecé a sentirme tal cual como Brandon Flowers canta en la canción.

Y así, por razones desconocidas, las personas empiezan a perderse de sí mismos, se desconocen, pierden el control de sus pensamientos y maquinan tanto que no logran dejarse llevar por sus emociones. Como dice una parte del coro: "But my heart, it don't beat, it don't beat the way it used to. And my eyes, they don't see you no more. And my lips, they don't kiss, they don't kiss the way they used to, and my eyes don't recognise you no more"; uno siente que ha perdido tanto, que ya no siente como antes, uno, como ser, ya no funciona de la misma manera que solía ser. Ahí es cuando yo defino que uno se siente deprimido.

La gente toma pastillas antidepresiva, tiene tendencias suicidas, se aleja de los demás, llora por días, sólo duerme, se siente insignificante. "¿De qué sirve vivir si no dan ganas de levantarse de la cama?", se preguntaría uno; otros no se preguntan nada, sólo están en un estado de inercia. Miran películas como "Eat, Pray and Love" y se sienten identificado/as con Lis y quieren irse lejos, bien lejos, olvidarse de la rutina, del ciclo habitual, comer todo lo que se puedan, saborear, hacer retiros espirituales, buscar creer en algo, tener fe, restablecer la fe en uno mismo, enamorarse de un hombre perfectamente real o una mujer equilibrada dispuesta a todo. Realmente envidio a Lis, porque si yo tuviera toda esa plata, ya no estaría aquí sentada soñando despierta con ello, sino haciéndolo.

Sólo sé que cuando uno está así, tiene que tomar una decisión: vivir o morir. No vale la pena creer que se puede seguir viviendo de esa manera. Yo miro a los animales y veo que están felices con todo, o buscan la manera de entretenerse y estar felices, y nosotros que tenemos la razón no hacemos uso de ella para estar mejor, sino que ella misma nos lleva al borde de cosas catastróficas.

Hoy día no me siento orgullosa de las veces que me han dicho: "eres muy inteligente", ¿de qué me ha servido?, no he sabido encajar las partes de mi vida adecuadamente para ser completamente feliz. Y gracias a ella sólo he logrado definir por qué uno está deprimido, más no por qué uno cae en depresión. Sí, ando en búsqueda de mi equilibrio a pesar de que, materialmente, lo tenga todo. Decir que uno está feliz es fácil cuando las cosas al rededor de uno giran perfectamente, pero cuando algo se desmorona, nos sentimos destrozados; pero no, para mi la felicidad debería estar constante todo el tiempo, sin importar que algo se distorsione en nuestras vidas. Así es vivir feliz, vivir feliz sin importar qué o con quién esté. La felicidad debe estar dentro de uno y no por los demás o por mis cosas materiales. Al igual que el amor, amarte sin importar cómo eres.

Decir: "mañana estaré mejor, sí". Ok. Pero, ¿y pasado mañana? Aquí aplica que el decir es tan fácil, pero sentirse en disposición a hacerlo no. Un profesional debe saber mejor que yo. Lo que aquí digo, en muchas palabras, es que cuando sepan, se enteren -cosa que puede ser muy fácil o difícil, porque depende de si la persona desea o no contarlo-, pongan, no sólo sus energías, sino dediquen tiempo a esa persona, ya que el amor es el único remedio.

Aquí les dejo un enlace directo de la canción que mencioné para aquellos que no la han escuchado y tienen curiosidad. ¡Amor para todos!
http://www.youtube.com/watch?v=TG5X4kOjEX8&ob=av2e


sábado, 1 de octubre de 2011

Es mejor cuando entra el sol en la tarde.

No sabía ni qué decir cuando solté esa frase: "es mejor cuando entra el sol en la tarde". A pesar de que ame las mañanas sólo cuando puedo dormir hasta tarde, ya que sinceramente detesto madrugar cuando sé que nada emocionante pasará en el día, es fascinante ver cómo el sol y sus rayos se filtran por las cortinas, por los cristales de la ventana, te calienta los pies, te motiva a salir a ver el dejo de energía que tienen las personas en esa parte del día. Es el momento más fascinante, todos están exhaustos, agradecidos porque llegó la tarde y está pronto a terminarse el día, los niños podrán jugar en el parque, los jóvenes llegarán a sus casas a dormir, los novios podrán verse sin apuros, los esposos románticos prepararán su noche, y los románticos infieles inventarán excusas para verse con sus amantes, los solitarios querrán salir al parque a leer o caminar y ver a la gente, los noctámbulos estarán despertándose para empezar su nueva noche llena de cosas divertidas...


Claro que es mucho mejor. Preparamos la cena, pensamos qué haremos en la noche, si ver los programas aburridos de los canales locales, o bajaremos alguna película, o nos decidiremos a decirle al niño/a que nos gusta que lo amamos y que queremos pasar la noche con él/ella, o simplemente le diremos que lo extrañamos. Aunque la mejor es tomar la siesta de la tarde; es tan rico llegar y sentir la suavidad de las cobijas, ver cómo el sol tan atenuado del atardecer está entrando sutilmente por los huecos de la cortina y el cuarto está en la temperatura adecuada para darse el mejor sueño del día, ése que cuando despiertas te sientes renovadísimo -así hayan sido 2 horas máximo-, con hambre, con energía para hacer ciertas cosas, con perecita para arruncharse con la almohada, y hasta con el típico mal aliento del despertar.

Una de las mejores cosas es llegar a casa y ver que estás sola/o. Ahí es cuando te decides a abrir las cortinas, prender tu reproductor musical y empezar a cantar sin importar a desafinarte. O salir al balcón o asomarse a la ventana y sentir ese viento lleno de rayos solares calientes y ver cómo tus ojos quieren detallar las nubes, pero también los cierras para escuchar mejor a los pájaros que cantan adulando el atardecer.

Es que miren, en las mañanas es lindo ese sol, sí, lo anima a uno a levantarse, a hacer las labores del día, pero uno está tan apurado, que hasta se tapa la cara del sol. En la tarde, el cansancio y las ganas de sólo sentarse a detener su vida unos minutos es maravilloso si las nubes dejan pasar el sol y logra verse a través del aire. Es el momento del día que da el equilibrio perfecto, ya que sólo piensas en hacer lo que te hace feliz o te satisface mayoritariamente, así tal cual como dice Cerati: "tráeme la noche, no puedo estar despierto más sin verla".

Es mejor cuando entra el sol en la tarde, a veces sólo aprovechamos las cosas cuando estamos más despiertos y conscientes.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Féminas en el poder.

Sé que no es tarde para lanzar mi campaña a la Alcadía de Bogotá. Esos últimos días son los de más campaña y, por tanto, he decido lanzarme... lanzarme al vacío de la política. Y no es que quiera hacerle competencia a Gina Parody; me parece que no está tan salida de sus gafas como algunos dicen y tampoco considero que sea la Noemí de estas elecciones, por lo menos Parody habla como si estuviera brava todo el tiempo, regañándonos, Noemí sólo sonreía y se jactaba de haber sido embajadora en países a los cuales ella no lograba dominar el idioma. No las comparen; a Gina le falta mucha embajada por recorrer y mucho diente que pelar.

Me considero una mujer sencilla, que usa la jerga del pueblo y, por ello, mis propuestas son muy simples, fáciles de entender. Así como Uribe, también tendré tres pilares, huevitos, huevitas, esferas del dragón; como quieran llamarlos. Aquí están:

  1. La cultura ciudadana es un aspecto por el que los ciudadanos apelamos constantemente. Queremos que las personas se comporten adecuadamente y de acuerdo a los espacios. Por ende, propongo luchar con gran ímpetu para que las personas sigan produciendo flatulencias en los sistemas masivos. Así pues, evitaremos (porque no hay otra forma, no hay plata, siempre se la roban -yo haré igual) que haya exceso de pasajeros, pues las ventanas no son lo suficientemente grandes para darles aire. Consideramos que es más fácil que todos adoptemos este hábito, a que empecemos a desarrollar nuestro olfato y descubrir quién ha sido el de las flatulencias.
    Pero no crean que es absurdo, esto traería consigo la lucha por la buena alimentación para que las flatulencias no produzcan tan malos olores. Así matamos dos pájaros de un sólo tiro. Aprenderán a comer sanamente. 
  2. Otro aspecto de gran relevancia es luchar por la seguridad ciudadana. Todos tememos, odiamos salir a la calle solos, especialmente nosotras las mujeres, nos sentimos vulnerables ante cualquier persona. Ya hasta los de paño roban, esos que tienen maletín y están afeitados nos ven la cara de esperanza y nos tumban el dinero. ¡Yo no lo permitiré más! ¡Se acabó tanto robo, tanto ladrón! Si el problema es la corrupción, lucharé contra eso. Pero en la calle, los que viven caminando, cogiendo buses o usan sus bicicletas para llegar a sus puntos de estudio o trabajo son los y las que viven más atemorizados.
    Yo incentivaré a los taxistas, buseteros, policías (desde bachilleres hasta generales), hombres de bigote y sin bigote, y otros que admiran sabrósamente la belleza femenina, sus protuberancias, su olor, para que continúen reproduciendo tales frases. El incentivo, claro está, es subirles el sueldo, pagarles más, para que las mujeres (principalmente) dejen de pensar en que las robarán y pongan toda su atención en los nuevos piropos que salen día a día. Sabemos que a muchas y muchos les gusta viajar al exterior; siendo así, contándoles a los extranjeros esta flor extraña de nuestro país, podremos demostrar que no sólo somos portadores, consumidores y expendedores de droga sino también que es un país que lucha por darle un trato fenomenal a las damas.
    (Y, para ser sinceros, nos evitaríamos invertir en educación para esta gente porque sabemos que el dinero fácil es más atractivo que ponerse a estudiar. ¡Qué aburrido que es aprender!)
  3. Y, por último, quisiera que Gustavo Petro me apoyara en esta huevita, la huevita de la cohesión social. Así él hace la labor de poner el agua gratis, como un derecho, y yo pongo la panela gratis. Sería asombroso poder darles a los pobres aguita con sabor dulcesito, agua de panela gratis para todos. (Y pues como los pobres ya no son todos los que eran antes, porque como ya no son pobres los que ganan 190mil pesos al mes, entonces así nos evitamos gastar más dinero en los pobres. ¡Uf, qué alivio!). Ésta cohesión social se ve reflejada en ustedes dándome su voto, y yo robándome las panelas de los trapiches. (Es que robar está de moda).
Así pues, estos son mis puntos esenciales. Los puntos en los que debemos fijarnos porque son los más importantes -y los más fáciles-. Yo no prometo si no no voy a cumplir. Debemos limpiar la política con el toque femenino. Ya me cansé de andar limpiando la casa, es hora de limpiar la ciudad. Por eso mismo, los invito a que salgamos todos a barrer las calles. (No quiero que nadie se dé cuenta que uso ese dinero en el salón de belleza, para los masajes, para mantenerme bella; es que últimamente el dinero que nos pagana a los políticos ya no alcanza para nada, ni para ir dos fines de semana seguidos a New York y pagar el arriendo de mi apartamento allá).

Jóvenes, adultos, señores y señoras de la tercera edad, vamos todos juntos a votar por la frescura, la innovación, vamos a progresar, ¡porque sí se puede estar mejor! 

lunes, 5 de septiembre de 2011

Te amo.

Muchos hablan del amor juzgándolo y creyendo que pueden hacerlo simplemente porque han "amado" una vez. Creen que con eso basta. Unos lo encapsulan en el sexo, donde creen que entre hombres no se pueden amar y viceversa sin necesidad de ser homosexuales -lo peor es que ciertos hombres asumen el amor entre ellos como un acto homosexual, ¡qué faltos de amor están!-; otros lo encierran en una máquina del tiempo donde, sino es más de determinado tiempo de estar compartiendo nadie tiene derecho a amar, generalmente dicen que después de los 4 meses uno ya PUEDE amar.

Recuerdo que una persona que solía ser muy cercana a mí exclamó rabiosamente que era inconcebible que una de sus amigas, que hacía poco había terminado con un ex novio tormentoso y que había decidido empezar una nueva relación, ya estuviera enamorada y no llevaban siquiera 3 meses. Reclamó exhaustivamente diciendo que cómo era posible que después de haber amado una vez, hubiera podido enamorarse ya tan rápido y que lo expresara tan tranquilamente por los medios sociales. Yo me reí. No le dije nada. Sonreí para mí misma diciéndome que no podía alegar con una persona que pensara así. Seguramente ésta persona aún sigue luchando por aprender a amarse.

Por favor, que alguien me muestre el manual del amor y los pasos correspondientes para hacerlo. Es que cuando empecé a creer en el amor se les olvidaron dármelo.

Es tan absurdo el que piensa que sólo debe amar cuando reciba al menos una sonrisa a cambio. Igual, en  todas nuestras relaciones esperamos recibir alguito a cambio, lo que no sabemos es que recibimos más de lo que creemos y nos negamos a amar porque quizás estamos recibiendo lo que merecemos o sí lo recibimos nos atemorizamos porque pasa muy pronto. No son instintos naturales del ser humano, son estereotipos creados por la sociedad, es un manual de comportamiento que nos ofrece el mismo. La verdad es que tememos aceptar que estamos buscando desesperadamente quien nos ame, más no a quién amar.

Sé que mi padre y mi madre me amaron desde el primer día que supieron de mi existencia y no me conocían en lo absoluto. No sabían que llegaría a ser una mujer escandalosa al reírse, un poco estrambótica en sus acciones, excesivamente hiperactiva y mucho menos mi madre sabía que tendría que perseguirme al rededor del comedor para darme el almuerzo. Y aún así, con todo y mis "defectos" ante la sociedad, me amaron desde que supieron de mi leve pero más maravillosa existencia. Se supone que cuando uno ama es por aquello que siente, más no porque aprende a conocer lo que nos gusta o, mejor dicho, uno no ama porque conoce sus errores y podemos rechazarlo porque tenemos apatía. ¿Entonces no debo amarte por aquello que yo llamo tus errores y que otros ven como las más grandes maravillas de tu ser en tan sólo minutos?

Las más grandes apreciaciones de la vida son aquellas que sentimos en segundos. Imaginemos si tan sólo duraran horas o si así sintiéramos siempre, no sería siquiera percibido, mucho menos maravilloso, novedoso, excitante, sería parte de la cotidianidad humana, esa normalidad que nos hace insensible ante ciertas cosas.

No soy loca por amar o enamorarme prontamente (pero, ¿prontamente según quién?), sería loca si me diera miedo enamorarme tan fácil como lo es vivir. Amar no es absurdo, es absurdo juzgar a quien amar fuera del estigma social, porque ése que juzga es quien menos sabe de amor. Si juzga a mal es porque nunca ha podido sentir la felicidad que produce amar.


No estaría de más aclarar que cuando hablo de amar me refiero a hacerlo hacia cualquier ser vivo. No necesariamente tiene que ser una pareja sentimental, es decir, amante. Yo, por mi parte, me enamoré al instante cuando vi a Mimo tras una foto diciéndome que lo adoptara. No sabía que iba a ser tan tragón. 

lunes, 22 de agosto de 2011

"Machos"... y nosotras.

Prefacio del autor: Posiblemente este artículo llegue a ser un poco feminista o quizás algunos piensen que estoy igualándome o que quiero hacerle competencia a Alejandra Azcárate tocando el tema de los hombres vs. mujeres; pero no, prometo que éste artículo satisfacerá todas mis ganas de criticar a los géneros sexuales preponderantes.

Los hombres son una tema esencial en toda conversación femenina. Siempre estamos alardeando de nuestro nuevo levante/novio/moso/conyugue a cerca de lo que nos da, lo que nos dice, a dónde nos invita y, algunas veces hasta inventamos ciertas estupideces para no perder la guerra femenina de quién tiene el mejor "macho". Hablar de hombres es nuestro chisme favorito: quién está más bueno que tal; cuál de los niños lindos terminó con la novia; que si el perro se cuadró; que el man más lindo anda con la vieja más fea (eso siempre decimos), pero igual no importa porque la vieja es una bacana, eso sí. También nos encanta de hacer de cupidas, de celestinas, nos gusta cuadrar las parejas que nosotras consideramos perfectas y hasta no "meterle por los ojos" a nuestra amiga el tipo que nos parece adecuadísimo para ellas, no quedamos satisfechas.

Después de tanto buscar, entonces, uno ha encontrado supuestamente su media naranja: un calcetín color naranja mal oliente y roto en los dedos y el talón -de tanto uso, claro- y es cuando empieza el jolgorio.

La iniciación: Ésta se caracteriza por los consecutivos síntomas de ansiedad que van acompañados con algo que las mujeres llamamos "sensasión vomitiba", que parece más como ganas de hacer popó, algo así como un estreñimiento reforzado. Además, cualquier babosada que nos dicen (que siempre son las mismas) nos parecen maravillosas y creemos que nosotras somos a las únicas, las privilegiadas, a las que nos han dicho eso. Eso sí, se comportan como unos príncipes, todo el tiempo halagando, echándonos flores, diciédonos qué harían con nosotras, etcétera; y a la hora de la verdad siguen siendo los mismo sapos verdes llenos de berrugas.

Enamoradas: Después de que han pasado ciertos meses considerables, en donde no han habido peleas significantes y nuestros mundos sociales empiezan a conectarse es cuando nosotras, primero que ellos, empezamos a enamorarnos. ¡Sí, los amamos! Entonces dejamos de hacer cosas nuestras por estar más tiempo con ellos. ¿Y ellos? Nada, en las mismas: saliendo los viernes con sus amigos a tomar o a jugar billar, nos dicen que más tarde caen... ¡pero no! Nunca llegan. Nosotras cansadas, claro, de esperar, nos desesperamos un poco -pero nada más un poco- y empezamos con la llamadera. Efectivamente, los estresamos, los fastidiamos; nosotras somos las culpables de que nos cuelguen el teléfono porque somos unas posesivas/obsesivas y no les damos su espacio, su autonomía, su libertad de desenvolverse en otros mundos aparte del sentimental. Sí, siempre nosotras las culpables.

   -Aquí debo hacer una nota al pie, como para decir que hay casos excepcionales donde nos encontramos hombres que parecen momias: lentos, dormidos, hablan hasta lento. No se emocionan ni siquiera con la primera relación sexual y su cara no gesticula ninguna expresión, ni de felicidad y menos de tristeza. Obviamente en esas relaciones la que manda es la mujer, porque ella es quien saca la cara por la misma.

El desenlace: Llegó el fin. ¿Pero por qué, si todo iba bien? Bueno, para terminar siempre hay alguna razón, pero como los hombres son tan predecibles terminan diciendo: "no eres tú, soy yo" o "esto ya no es como antes, necesito un respiro... no sé, me siento mal hasta conmigo mismo" o "tu sabes que yo te amo, te amo demasiado, has sido la mejor mujer del mundo (y siguen con la cháchara sutil), bla bla bla bla, etc, bla... PERO siento que ya no puedo más con ésta relación, ¿por qué no nos damos un tiempo y yo aclaro mis cosas? Es que me siento como asfixiado", sin embargo, la peor no viene siendo "me gusta otra" sino que nos terminen por medio de un correo electrónico. Eso sí, nosotras quedamos echas un mar de lágrimas, destrozadas, desilusionadas; y sí, siempre les echamos la culpa a ustedes para que ninguno se nos arrime. ¡Heridas a muerte, sanamos solas, porque podemos sin los "machos"!

Y así culmina todo; unas relaciones terminan peores, unas mejores; unas duran días, otras años; unas dándose en la jeta, otras en una noche de despedida llena de lujuria. Pero al final, y como dice mi mejor amiga -y prima- Karen Cruz, la ley del las relaciones nos toca a la puerta: "primero amamos, luego nos fastidiamos". Nos fastidiamos porque nos cansamos de que siempre los "machos" nos hagan la misma. Opten por no ser príncipes, así después no nos vomitamos del asco al ver lo berrugosos que son.

martes, 26 de julio de 2011

Mi mejor libro.

Mi carta astral dice que soy una mujer muy romántica, muy apasionada y muy cariñosa. Pues dedicaré el escrito de hoy a sacar el lado romántico que está dentro de mí y hablar un poco a la cursilería para que algunos confirmen que no soy un hombre por ser extrovertida y, algunas veces, brusca en mi forma de expresarme (eso también es culpa de mi signo).

Por si algunos no saben, soy una persona que siempre tiene en la mesa de noche un libro qué leer y el libro de estos días me tiene capturada. No entraré en detalles acerca de él. El caso está en que un amigo me reclamó que por qué no estaba hablándole y le dije que estaba con mi esposo, es decir, mi libro. Es entonces cuando comprendí el real significado que tienen los libros para mí y le dije a mi amigo que el día que me casara, mi esposo tendría que ser el mejor libro y agregué: "Mira, para que un hombre llegase a ser un libro para mí, tendría que hacerme sentir todas las cosas que me hace sentir el leer un libro; tendría que contar mil historias; que si fuera largo o corto, hablara, me contara, me llevara a soñar e imaginarme mundos; y así como me demoro semanas o meses leyendo algún libro, con él quisiera demorarme años leyéndonos".

Creo, aseguro, afirmo, que esto ha sido lo más cursi/romántico que he podido decir al mundo. En estos instantes me acuerdo de mí misma cuando veo esas novelas donde por poco se besan los pies aquellos que se aman porque me da escozor y repulsión ver tanto 'lambericas'.  El amor puede muchas cosas, y mi amor por los libros y por leer me ha llevado a buscar en un hombre el mejor libro que pueda leer en toda mi vida.

Pero ya imagino, ustedes deben decir: "ay, pero quién no tiene historias, todos tenemos historias que contar al mundo" (y de hecho, esa es una de las cosas por las que más me gusta conocer a cualquier tipo de persona, sin prejuicios). La cuestión está en sentir con esas historias más allá de lo que cualquier persona podría sentir. ¿A ustedes no les pasa que leen un libro y hasta sudan cuando hay una escena llena de suspenso, y pasan y pasan las hojas y, así sean las 3am, quieren llegar hasta el final y descubrir cómo se desenvuelve todo y hasta dónde llega? Así, con toda esa adrenalina, quisiera yo sentir cuando lea a mi esposo.

Cuando lo tenga  (a mi esposo, no?), les cuento. Espero no ser tan salada de encontrarme, en vez de un libro cautivador, una historia de acertijos. Sino, escupiría ahora mismo en mi monologo.

¡Ah! Por cierto, no hay ningún libro malo, sólo pésimos lectores.

lunes, 11 de julio de 2011

Yo no trago entero.

"Cualquier persona es capaz de coger un arma y matar 14 o 15 personas, pero nadie es capaz de amar ni una sola vez". He empezado citando una de las más sabias frases que salían, no sólo de la mente y corazón de Facundo Cabral, sino también de su consciencia; consciencia de este mundo que muy pocos tienen. Este fin de semana que ha pasado marcó mucho en mí. Les contaré. Al mirar y leer siempre noticias tan violentas nos hacen menos de lo que deberíamos. Es decir, como que pasan y pasan tan normal que estamos esperando que alguna nos llegue directamente, que seamos atacados, o que cada noticia sea peor y peor y así, pues, nos acostumbramos a ellas. Después de haber recibido actos violentos por medio de mi cuenta de Twitter -es decir, insultos-, la semana culminó con el asesinato de Facundo Cabral -muchos dicen que fue un accidente, que era para su acompañante el disparo, que era un robo; ¡Qué va! Yo no trago entero- en Guatemala y un atentado de las FARC en el país dejando 6 muertos y 80 heridos. Esto, así como para mencionar los poquísimos hechos llenos de violencia que ocurrieron, sé que Pirry tiene más.

Lo más sorprendente del asunto es que todos nos quejamos por la inseguridad, la violencia, el maltrato, etcétera. Lo más cliché de todo es que nunca hacemos nada, y me incluyo, porque esto es lo máximo que he hecho. Y lo más insolente es, y me di cuenta gracias a los insultos recibidos, que la gente por lo que más pelea es por nada. Simplemente por nada. A mí me insultaron porque quería que Vladdo volviera a Twitter y expresé mi repudio por su partida y hacia los culpables de la misma, después estos ofensores perdieron el curso de su ofensa pasaron a insultar a mi madresita; pobre, ni siquiera sabe que la llamaron puta.

Y así, al país lo atacan los del gobierno con sus actos corruptos, burocracia y politiquería robándose la plata que debería ser usado para aquellos que no pueden educarse y terminan usando el robo, sicariato y demás para vivir. Y, por el otro lado, es atacado por aquellos que están al margen de la ley como la guerrilla, los paramilitares y bandas criminales. La verdad, no veo y ni tampoco me arriesgo a pronosticar soluciones; me da pereza. Sólo sé que es una guerra de todos y no podemos tragar entero.

Y, sinceramente, no es que odie a Uribe, el problema está en que su forma de gobernar y sus ideales han logrado polarizar más este país entre las personas "de bien" y las que no lo son, o sea, los "mamertos". Según unos cuantos Uribistas, aquél que no esté dentro de de esa oleada y su forma de hacer política es de izquierda, es un terrorista, un bandolero, un guerrillero y, para terminar de rematar, se tiene que ir del país. Pues bien, no soy Uribista porque no trago entero y sí soy de bien.

Si esos que violentan todo el tiempo no puede tolerar una voz diferente, un pensar diferente, una opinión diferente, pues yo no puedo tolerar que maten a un portavoz de la paz y el cambio, tampoco que pongan bombas para matar al que pase cuando explote, ni menos a un inutil que sólo piensa para insultar y humillar a aquél que "no es de bien". Está más que obvio decir cómo deberían ser las cosas, pero lo que sí no trago entero es que una persona "de bien" tenga tanto mal para ser permisivo con sus actos violentos.

No soy "mamerta", no soy Uribista, pero sí soy de bien y pido respeto, tolerancia -incluso entre "amigos" nos cuesta hacerlo, que ironía- y que dejemos de tragar entero ante todo lo que pasa frente a nuestros ojos. Deberíamos procurar por educarnos más y ámpliamente para dejar de igualarnos con aquellos violentadores y para actuar de manera coherente y saludable para que los que vienen detrás de nosotros sepan cómo comportarse. Todo empieza por casa, ¿no? Yo no quiero que mis hijos sean asesinados por pensar diferente o, incluso, hasta por ser gay. No, yo ya dejé de tragar entero.

lunes, 4 de julio de 2011

Así empecé.

Recuerdo que cuando era pequeña usaba los diarios con mucho fervor. No había noche en la que no escribiera todo lo que había hecho en el día. Si no estoy mal, mi diario era de Winnie the Pooh y era en forma de corazón (así como para terminar de rematar la cursilería). También recuerdo que escribía cosas como: "me fastidian mis amigas porque tienen mejores barbies que yo"; "hoy mi papá me pegó porque soy muy bruta con los fraccionarios; me fracturé un dedo"; "quiero un perro y no entiendo porqué en vez de él me dan hamsters y tortugas"; o cosas más atrevidas como: "el niño que me gusta no me descongeló bajo tierra hoy; mañana le eseño que conmigo no se juega así". Cuando pequeño sí que jugábamos, pero al doble sentido, ojalá y así fuérmos con los tipos y les diéramos en la jeta (o sea, en los ocicos de marranos que tienen). Mentiras, lloran... ellos siempre lloran.

Después superé el diario y proseguí a comprarme un cuaderno que llamé "Libro de pensamientos". Aún recuerdo de lo deprimente que eran mis escritos que la primera vez que lo cogí, después de dejarlo de escribir, lo boté a la basura. No podía creer que una niña de tan corta edad, tipo 13 o 14 años, tuviera momentos tan depresivos cuando también gastaba su tiempo pensando en los integrantes de Salserín y su novela o en faltar al colegio para poder ver Padres E Hijos. Juro que hubieran podido ser canciones de Juan Fernando Velasco -no hay cantante más deprimente que él, pobre, sí que lo lastimaron-.

Cuando decidí reanudar con la escritura fue cuando me ennovié y, durante 3 años, escribí un montón de cartes de amor y mezclé eso con la creatividad. Aunque, bueno, tengo que confesar que no toda la creatividad era mía porque me robaba algunos diseños de mis amigas. El caso, no entiendo por qué cuando uno tiene 16/17 años tiene ese desesperado fetiche de entregar cartas y regalos puntualmente cada mes, si ellos ni siquiera le daban a uno un dulce de coco (sí, porque si le dan una menta o usted la pide es porque usted es muy líchigo y, créame, después la va a sacar a restaturantes pero de asaderos de pollo). Y ni hablar del después, cuando se supera la etapa de las cartas; los hombres ya no invitan a las novias ni siquiera a darles un tour por el barrio. Total, nunca los hicieron bien.

Bueno, y después qué? Me puse a escribir babosadas en un blog por internet. Y debido a los inesperados resultados de los escritos que presento en la universidad he llegado a pensar que pude haber escogido la carrera equivocada o que no han descubiero mi estilo. De todas maneras me tocó sacar provecho de la labor de escribir, porque como cantante me jodí. Ya veremos adónde me llevan las letras...

sábado, 25 de junio de 2011

Sueños de no acabar.

Esta noche, cuando me estaba preparando para dormir, recordé una serie de sueños que he venido teniendo durante casi una semana, o semana y media. Cada vez que iba mencionándolos en mi Twitter -obviamente no tan explícitos-, me sentía atormentada de cumplir la cita con Morfeo. No quería dormir. Es horrible saber que dormirás y que tendrás 3 o más sueños durante la noche y que incluso algunos no los recordaré y otros serán tan vagos como mis recuerdos de mi infancia.

He soñado más de cinco veces con la misma persona en menos de un mes (una persona la cual he visto una vez en mi vida, compartido algunos días y que conocí después de haber soñado dos veces con él); he soñado con amores (claro, nunca faltan); con viejas amistades que ya no son; con casas llenas de goteras y yo tratando de salvar el televisor para que no se incendiara la casa... o algo así; he soñado también huyendo de la presencia de mi madre, encontrando en mí sentimientos que, de verdad, nunca he sentido por una persona. El más extraño de mis sueños (aparte del de mi mamá) ha sido en el que trataba de ir hasta la cúpula de una iglesia y tratar de rescatar a una persona que tocaba hermosamente el piano, me era muy difícil llegar hasta allá porque sentía que la misma gravedad no me dejaba casi ni caminar.

Así que, bueno, decidí buscar una manera de no dormir y me dediqué a hacer una de las cosas que más me gusta: escribir. Sé que en algún momento me tendré que quedar dormida porque: 1) no puedo escribir tanto; mis lectores se van a cansar (jajaja), y 2) me dará sueño: Morfeo y yo nos amamos y por eso pasamos tanto tiempo juntos, duermo casi 10 horas al día... ya saben porqué sueño tanto.

Por eso he decidido hacer de esto algo espiritual, algo así como un ritual, y hacer de este escrito todo un desahogo a ver si esta noche logro soñar con pingüinos: yo, por allá en el Ártico, amándolos, haciendo de mi pecho todo un tobogan, resbalándome por la nieve y bailando tap como Happy Feet... o, bueno, como sea, con ellos y ya.

Es que incluso a veces me siento como en Iception (si no han visto la película, pueden saltarse este párrafo y volver después que la hayan visto), así como diseñando mundos pero luchando con mi subconsciente que me quiere decir algo. Creo que debí haber hecho casting y que me experiencia hubiesen sido esos dos años en los que hice teatro en el colegio donde siempre hacía de mala y de hombre.

En fin, ya veremos qué sueño vendrá esta noche.
P.D.: Espero no haber soñado que escribí esto.
    
        - Escrito finalizado a las 2:08AM, Puerto Rico.

Al otro día.

Bueno, efectivamente no fue un sueño que escribí esto, pero tengo malas noticias: mi terapia exsorciva no sirvió y soñé cosas peores que mejor ni cuento. Así que esta noche intentaré cambiando las fundas de las almohadas a ver qué!

viernes, 17 de junio de 2011

Gramática.

Es fácil entender por qué a algunos -y cuando digo algunos me refiero a muchos, muchísimos- les cuesta tanto escribir correctamente, y no es de sorprender. Digo, es más sorprendente aquel que escribe bien y, no nos digamos mentiras, el que yo escriba gramáticamente correcto les sorprende, sí o no? Pero frescos, no es difícil sorprender. Les contaré.

Un día me hablé y me dije: "mí misma, necesitas que eso que escribes se vea más bonito, que tenga más elegancia". Así que pensé en las tildes, le da como presencia, presencia de presentable-sino a la letra, al menos a mi sí. Entonces empecé a ponerle tilde a todo lo que pensaba que tenía acento... pero me equivoqué, no todo lleva tilde. Pero, hey, es fácil aprender qué palabras llevan tildes: las que terminan en "ón", las esdrújulas, las sobresdrújulas (por nombrar algunas); y bueno, si no saben cuáles son, ahí sí estamos es pero más jodidos que Valerie Domínguez.

También pueden aprender leyendo. Lean. ¡Qué delicia es leer! Aunque, bueno, se encuentra de todo en esta sociedad. Sé que habrán algunos a los que no les guste leer (lo cual es, no repudiable, sino... llamémoslo incómodo, para no incomodar al otro lado) entonces esos se pueden ir a dormir; y los que no aprenden leyendo, a esos sí les toca más duro.

Por otro lado, pueden descargarse Google Chrome y éste tiene la facilidad, para aquellos que no saben escribir, de corregirles los errores. ¡Anímense! ¡Descárguenselo! Aprenderán rápido o por lo menos no quedarán en tanto ridículo con los demás. Aunque, como todo, no es perfecto. Tiene sus imperfecciones y no a todas las palabras les tiene sus respectivas tildes.

Y bueno, también está lo que no podía faltar. Para los CrackBerry, los adictos al BlackBerry. ¡Se le tiene! Estos teléfonos inteligentes, en su traducción más exacta, tienen la fortuna de tener un corrector ortográfico y si son tan adictos, ¡¡¡por favor úsenlo!!! Aunque habrá otras cosas que no sabrá descifrar como por ejemplo si sumercé escribe "que" y quiere decir "qué" o "cual" y quiere el "cuál" o "porque" y quiere decir "porqué"... aunque supongo que ni sabrán que el último existía; pues sí, existe, y sí, se usa.

Bueno, el caso es que no es difícil. Y cada vez que veo alguna extraña palabra, mal escrita, me da como vómito con diarrea y después me hiperventilo, y de verdad que no exagero, me he vuelto como obsesionada con la ortografía y me ENCANTA que una persona escriba bien. Sinceramente refleja limpieza. Ustedes asumirán cuál de las limpiezas es, hay muchas, escojan. Pero mire, se la tengo, si no quiere usar tildes, por lo menos ponga las C, las S, las X, las V y las B donde son. Y si tiene dudas puede acercarse al sitio web de la Real Academia Española y ahí de paso le dicen el significado de las palabras. Y si le da pereza salir de la ignorancia, simplemente se acerca a Google y escribe la palabra y nuestro amigo que nos saca de apuros en asuntos académicos, más que todo, le resuelve la palabra en 1 o 2 segundos.

Vea, no pierda el impulso que yo no lo perdí y aquí está la demostración. O se la tengo fácil, si quiere yo le enseño, pero por favor edúquese, es su idioma, no lo dañe de esa manera, más bien disfrútelo.

miércoles, 25 de mayo de 2011

New York en un día. ¿Qué importa que esté largo?

Últimamente he estado pensando qué escribir. Alguien por ahí me dijo: "pues empieza por que no tienes nada qué escribir y ahí te empiezan a salir cosas". Me pareció comiquísimo, porque yo no escribo porque sí. Por lo mismo, escribiré sobre una experiencia que a pocos he relatado llena de furor -incluso recreo caras, gestos y emociones- sobre lo que ha podido ser uno de los mejores viajes de mi vida.

Ummm, pero creo que haré un "break", tengo hambre y quiero desayunar. Soy una persona que come mucho y cuando tengo hambre no puedo pensar correctamente. Eso no quiere decir que tenga algo de hombre -de macho- en mí, pues yo sí puedo hacer más de dos cosas al mismo tiempo.

Lo logré, nada mejor que un desayuno rápido.

Bueno, este viaje empieza con el fin de otro. Estaba yo llegando de un vuelo de Sydeney -porque estuve dos meses en Australia- a Los Ángeles y efectivamente me dieron la hoja de inmigrante. No la llené porque... porque bueno, hubo una confusión en mi memoria descuadrada por el horario - sentía que había retrocedido en el tiempo. Mientras hacía la fila para la amable charla con los "customers" de Estados Unidos en donde te hacen varias preguntas detallaba mi reloj: estaba con el tiempo exacto para coger mi vuelo a Bogotá. Me dieron el paso hacia una "costumer" de descendencia oriental, como si no me hubiera bastado todos los que vi en Australia. No sé si por su carácter, su personalidad, o por dárselas de superior -quizás pensó que era de raza superior, tuve la fortuna de ser tratada grotescamente. El caso es que me ocupó como 20 minutos, más tiempo de lo normal. Me advirtió, entonces, que mi tipo de visa no era el adecuado y que no me negaba la entrada porque yo no me iba a quedar en EE.UU., y que, por ende, me había puesto una anotación en el sistema que decía que tenía que cambiar mi tipo de visa o NO podía volver a entrar a los Estados Unidos de América... yo pensé: "¡Oh! Qué gran infortunio me dará". Me largué, no quería apreciar más su pálido rostro con esos ojos tan rasgados que ni pupila podía ver.

Salí corriendo a recoger mi maleta para mandarla a mi vuelo hacia Bogotá. Pero, para otro infortunio mío, no pasé desapercibida con los de seguridad. Quizás pensaron que por ser colombiana traía cocaína en mi maleta o venía "enmarihuanada" -porque parecía loca corriendo por esa terminal toda despelucada y trasnochada, pues para mi era de madrugada porque ya estaba con horario australiano-, o fijo, traía animales o pieles de canguro o koalas en mi equipaje, así que me hicieron abrir las 3 maletas que traía: una grande, una pequeña de mano y la del computador. Me sacaron TODAS las cosas de cada una de las maletas con una lentitud impresionante mientras me hacían charla cuestionándome por qué no había ido a perfeccionar mi inglés en Estados Unidos, que el inglés allí era mejor que Australia. ¡Wow! Qué soberbios. Lo apuré, le dije que por culpa de él iba a perder mi vuelo y que me iba a conocer; se rió de mi, pero lo entendí, igual no lo volví a ver más.

Entregué mi maleta y corrí desesperadamente hacia otra terminal. Cuando salí, sentí que el calor del verano me iba a derretir, no estaba preparada para este choque de rayos solares y altos grados de calor en mi cuerpo. Llegué a Avianca sudada, fatigada y probablemente mal oliente. No vi a nadie, pero tenía una mínima esperanza de que aún el vuelo estuviera abierto... pero no! Estaba cerrado. Perdí mi vuelo a Bogotá. ¿Y ahora yo qué hacía? No podía llorar porque no había comido nada y no tenía suficiente agua para llorar. No podía caminar porque sentía que si caminaba más se me iban a desprender las piernas del cansancio. Me dijeron que esperara a ver qué podían hacer con mi maleta, pero que ellos no podían arreglarme el vuelo de vuelta. ¡Ja, siempre nos dicen lo mismo!

En resumidas cuentas, decidí irme a Delta a hacer show, pero fallé, porque la fila era más larga que la de la entrada a un concierto.  Mientras hacía fila, jugaba sudoku, leía, miraba a la gente, criticaba internamente, me reía de algunos, admiraba a otros, etc. qué no hice. Llegué a la cabina y le dije a la señorita: "si usted habla español, perfecto, porque estoy cansada y no quiero esforzarme para hablar en inglés", me dijo que sí, y aunque fuera un español bien reforzado, lo entendí. Esperé como 1 hora y al final me dijo que lo más rápido que podía hacer por mi era enviarme en un vuelo a New York, esperar 8 horas allí e irme a Bogotá en la noche. Accedí, claramente.

Llegué a mi cuarto en el hotel Hilton, como toda una princesa. No sabía qué hacer primero, si comer o dormir. Escogí comer primero porque sabía que con mi crítico sueño no me iba a poder levantar y después yo qué iba a hacer con tanta hambre, no podía botarla, tenía que saciarla y sabía que a las 3 de la mañana  nada iba a estar abierto. El caso fue que al otro día me fui para NY y tuve una magnífica idea: cuando hacía el "check-in" para Bogotá le dije a la señorita dominicana que cómo hacía para llegar al centro de la ciudad, me explicó detalladamente cuáles trenes coger y a qué hora tenía que estar en el aeropuerto para no perder, de nuevo, mi vuelo.

Así que me las di de expedicionaria y me fui sola. Cogí trenes, pregunté. Obviamente me veían cara de turista, porque no hacía más sino mirar a mis lados asombrada de tanta "modernidad". Aún recuerdo que discutí con un empleado porque me respondió de mala manera en la estación- y también que cogí un tren con destino a Long Island.  Incluso cuando salí del "subway" de Long Island, hice un video con mi cámara. Tenía hambre, y adivinen qué fue lo primero que vi... un McDonalds! Allá ése paraíso está por doquier. Salí con mi coca-cola, porque no quería morir de sed, y me encontré con un chino que hacía caricaturas y accedí a hacerme una -quedó hasta bonita- y, mientras pasaba el tiempo, lo amé, porque fue mi guía por unos 10 minutos: me indicó cómo llegar a Times Square (sí, por la Av. Broadway), cuál de todos los edificios era el Empire State Building, etc.

Yo, feliz, me largué con una sonrisa en la cara y tomaba fotos a la loca y como loca. Me tomaba fotos con la mano. Pedía que me tomaran fotos. Me enloquecí. Sonreía cada vez que veía un anuncio en esas pantallas rarísimas. Me sentía como una pitufa en un mundo paralelo. No quería que el día se acabara: menos mal los días en verano son largos. Entré a tiendas, compré ropa. Caminé por los teatros de Broadway y quise ser parte de alguna obra. Seguí caminando. Vi a negros jugando basketball y... tuve un colapso emocional. Me detuve a fotografiarlos y a apreciar sus habilidades. Hablé con una negrita, novia de alguno de esos que jugaban. Me dijo que estaba en Manhattan y ahí, lloré de la emoción. No sabía que estaba ahí. ¡Such an idiot! Hablamos hasta que obscureció y me dijo que me había pasado de calle. Que mi estación del tren era por una calle que ya había pasado. ¡Qué bendición!

Cuando llegué al JFK International Airport estaba cerrado!!!!!!!!! No sabía por dónde entrar y entré en pánico, me salían palabras en inglés que yo ni conocía. Hasta que lo logré y seguí corriendo. Pero aún más feliz. Sabía que ése día nunca lo iba a olvidar: 4 de agosto de 2010. Y ahora quedó plasmado aquí, para que nadie más tampoco pueda olvidarlo. Fue un día sólo para mi, donde conocí grandes capacidades en mí misma. Me conocí y soy diferente: uno de los mejores días de mi vida, si no el mejor!

domingo, 15 de mayo de 2011

16 de mayo de 2011: un año después, un año si tí Gustavo Adrián Cerati.

Te escucho, siento Vértigo. Recuerdo nuestro Té Para Tres en 2007 y así duermas, siempre harás Ecos en mi Cúpula. No basta con un Adiós, porque Me Quedo Aquí, contigo. De este Desastre no te salvaste, igual habrá Signos. Tranquilo, que aquí en este Crimen nos amaremos en aquél Lago en el Cielo. Conmemorando un año después, te digo que en esta Caravana de Amor Amarillo estoy A Merced. Siempre seremos Prófugos, los dos!!

 AlejandraCruz 
 AlejandraCruz 
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 AlejandraCruz 
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 AlejandraCruz 
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