sábado, 25 de junio de 2011

Sueños de no acabar.

Esta noche, cuando me estaba preparando para dormir, recordé una serie de sueños que he venido teniendo durante casi una semana, o semana y media. Cada vez que iba mencionándolos en mi Twitter -obviamente no tan explícitos-, me sentía atormentada de cumplir la cita con Morfeo. No quería dormir. Es horrible saber que dormirás y que tendrás 3 o más sueños durante la noche y que incluso algunos no los recordaré y otros serán tan vagos como mis recuerdos de mi infancia.

He soñado más de cinco veces con la misma persona en menos de un mes (una persona la cual he visto una vez en mi vida, compartido algunos días y que conocí después de haber soñado dos veces con él); he soñado con amores (claro, nunca faltan); con viejas amistades que ya no son; con casas llenas de goteras y yo tratando de salvar el televisor para que no se incendiara la casa... o algo así; he soñado también huyendo de la presencia de mi madre, encontrando en mí sentimientos que, de verdad, nunca he sentido por una persona. El más extraño de mis sueños (aparte del de mi mamá) ha sido en el que trataba de ir hasta la cúpula de una iglesia y tratar de rescatar a una persona que tocaba hermosamente el piano, me era muy difícil llegar hasta allá porque sentía que la misma gravedad no me dejaba casi ni caminar.

Así que, bueno, decidí buscar una manera de no dormir y me dediqué a hacer una de las cosas que más me gusta: escribir. Sé que en algún momento me tendré que quedar dormida porque: 1) no puedo escribir tanto; mis lectores se van a cansar (jajaja), y 2) me dará sueño: Morfeo y yo nos amamos y por eso pasamos tanto tiempo juntos, duermo casi 10 horas al día... ya saben porqué sueño tanto.

Por eso he decidido hacer de esto algo espiritual, algo así como un ritual, y hacer de este escrito todo un desahogo a ver si esta noche logro soñar con pingüinos: yo, por allá en el Ártico, amándolos, haciendo de mi pecho todo un tobogan, resbalándome por la nieve y bailando tap como Happy Feet... o, bueno, como sea, con ellos y ya.

Es que incluso a veces me siento como en Iception (si no han visto la película, pueden saltarse este párrafo y volver después que la hayan visto), así como diseñando mundos pero luchando con mi subconsciente que me quiere decir algo. Creo que debí haber hecho casting y que me experiencia hubiesen sido esos dos años en los que hice teatro en el colegio donde siempre hacía de mala y de hombre.

En fin, ya veremos qué sueño vendrá esta noche.
P.D.: Espero no haber soñado que escribí esto.
    
        - Escrito finalizado a las 2:08AM, Puerto Rico.

Al otro día.

Bueno, efectivamente no fue un sueño que escribí esto, pero tengo malas noticias: mi terapia exsorciva no sirvió y soñé cosas peores que mejor ni cuento. Así que esta noche intentaré cambiando las fundas de las almohadas a ver qué!

No hay comentarios:

Publicar un comentario