martes, 26 de julio de 2011

Mi mejor libro.

Mi carta astral dice que soy una mujer muy romántica, muy apasionada y muy cariñosa. Pues dedicaré el escrito de hoy a sacar el lado romántico que está dentro de mí y hablar un poco a la cursilería para que algunos confirmen que no soy un hombre por ser extrovertida y, algunas veces, brusca en mi forma de expresarme (eso también es culpa de mi signo).

Por si algunos no saben, soy una persona que siempre tiene en la mesa de noche un libro qué leer y el libro de estos días me tiene capturada. No entraré en detalles acerca de él. El caso está en que un amigo me reclamó que por qué no estaba hablándole y le dije que estaba con mi esposo, es decir, mi libro. Es entonces cuando comprendí el real significado que tienen los libros para mí y le dije a mi amigo que el día que me casara, mi esposo tendría que ser el mejor libro y agregué: "Mira, para que un hombre llegase a ser un libro para mí, tendría que hacerme sentir todas las cosas que me hace sentir el leer un libro; tendría que contar mil historias; que si fuera largo o corto, hablara, me contara, me llevara a soñar e imaginarme mundos; y así como me demoro semanas o meses leyendo algún libro, con él quisiera demorarme años leyéndonos".

Creo, aseguro, afirmo, que esto ha sido lo más cursi/romántico que he podido decir al mundo. En estos instantes me acuerdo de mí misma cuando veo esas novelas donde por poco se besan los pies aquellos que se aman porque me da escozor y repulsión ver tanto 'lambericas'.  El amor puede muchas cosas, y mi amor por los libros y por leer me ha llevado a buscar en un hombre el mejor libro que pueda leer en toda mi vida.

Pero ya imagino, ustedes deben decir: "ay, pero quién no tiene historias, todos tenemos historias que contar al mundo" (y de hecho, esa es una de las cosas por las que más me gusta conocer a cualquier tipo de persona, sin prejuicios). La cuestión está en sentir con esas historias más allá de lo que cualquier persona podría sentir. ¿A ustedes no les pasa que leen un libro y hasta sudan cuando hay una escena llena de suspenso, y pasan y pasan las hojas y, así sean las 3am, quieren llegar hasta el final y descubrir cómo se desenvuelve todo y hasta dónde llega? Así, con toda esa adrenalina, quisiera yo sentir cuando lea a mi esposo.

Cuando lo tenga  (a mi esposo, no?), les cuento. Espero no ser tan salada de encontrarme, en vez de un libro cautivador, una historia de acertijos. Sino, escupiría ahora mismo en mi monologo.

¡Ah! Por cierto, no hay ningún libro malo, sólo pésimos lectores.

2 comentarios:

  1. excelente la metáfora :D :D, la cosa es saber hasta que punto hay que leer un libro para darse cuanta uno que es el indicado para tenerlo para siempre...
    y la ultima frase es muy cierta

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  2. :O Este me encanto! mucho mas allá de lo romántico me pareció sensato, verdadero y apasionado. Estoy totalmente de acuerdo contigo, nada mejor que en vez de devorarse un libro, el libro se lo devore a uno, lo atrape con infinidad de historias. Se asemeja mucho a lo que quiero también de una mujer.

    Aquí se puede ver como percibe el amor una mujer lectora: Transparente, seguro, apasionado...

    Ah! por cierto, no me pareció nada cursi.

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