lunes, 11 de julio de 2011

Yo no trago entero.

"Cualquier persona es capaz de coger un arma y matar 14 o 15 personas, pero nadie es capaz de amar ni una sola vez". He empezado citando una de las más sabias frases que salían, no sólo de la mente y corazón de Facundo Cabral, sino también de su consciencia; consciencia de este mundo que muy pocos tienen. Este fin de semana que ha pasado marcó mucho en mí. Les contaré. Al mirar y leer siempre noticias tan violentas nos hacen menos de lo que deberíamos. Es decir, como que pasan y pasan tan normal que estamos esperando que alguna nos llegue directamente, que seamos atacados, o que cada noticia sea peor y peor y así, pues, nos acostumbramos a ellas. Después de haber recibido actos violentos por medio de mi cuenta de Twitter -es decir, insultos-, la semana culminó con el asesinato de Facundo Cabral -muchos dicen que fue un accidente, que era para su acompañante el disparo, que era un robo; ¡Qué va! Yo no trago entero- en Guatemala y un atentado de las FARC en el país dejando 6 muertos y 80 heridos. Esto, así como para mencionar los poquísimos hechos llenos de violencia que ocurrieron, sé que Pirry tiene más.

Lo más sorprendente del asunto es que todos nos quejamos por la inseguridad, la violencia, el maltrato, etcétera. Lo más cliché de todo es que nunca hacemos nada, y me incluyo, porque esto es lo máximo que he hecho. Y lo más insolente es, y me di cuenta gracias a los insultos recibidos, que la gente por lo que más pelea es por nada. Simplemente por nada. A mí me insultaron porque quería que Vladdo volviera a Twitter y expresé mi repudio por su partida y hacia los culpables de la misma, después estos ofensores perdieron el curso de su ofensa pasaron a insultar a mi madresita; pobre, ni siquiera sabe que la llamaron puta.

Y así, al país lo atacan los del gobierno con sus actos corruptos, burocracia y politiquería robándose la plata que debería ser usado para aquellos que no pueden educarse y terminan usando el robo, sicariato y demás para vivir. Y, por el otro lado, es atacado por aquellos que están al margen de la ley como la guerrilla, los paramilitares y bandas criminales. La verdad, no veo y ni tampoco me arriesgo a pronosticar soluciones; me da pereza. Sólo sé que es una guerra de todos y no podemos tragar entero.

Y, sinceramente, no es que odie a Uribe, el problema está en que su forma de gobernar y sus ideales han logrado polarizar más este país entre las personas "de bien" y las que no lo son, o sea, los "mamertos". Según unos cuantos Uribistas, aquél que no esté dentro de de esa oleada y su forma de hacer política es de izquierda, es un terrorista, un bandolero, un guerrillero y, para terminar de rematar, se tiene que ir del país. Pues bien, no soy Uribista porque no trago entero y sí soy de bien.

Si esos que violentan todo el tiempo no puede tolerar una voz diferente, un pensar diferente, una opinión diferente, pues yo no puedo tolerar que maten a un portavoz de la paz y el cambio, tampoco que pongan bombas para matar al que pase cuando explote, ni menos a un inutil que sólo piensa para insultar y humillar a aquél que "no es de bien". Está más que obvio decir cómo deberían ser las cosas, pero lo que sí no trago entero es que una persona "de bien" tenga tanto mal para ser permisivo con sus actos violentos.

No soy "mamerta", no soy Uribista, pero sí soy de bien y pido respeto, tolerancia -incluso entre "amigos" nos cuesta hacerlo, que ironía- y que dejemos de tragar entero ante todo lo que pasa frente a nuestros ojos. Deberíamos procurar por educarnos más y ámpliamente para dejar de igualarnos con aquellos violentadores y para actuar de manera coherente y saludable para que los que vienen detrás de nosotros sepan cómo comportarse. Todo empieza por casa, ¿no? Yo no quiero que mis hijos sean asesinados por pensar diferente o, incluso, hasta por ser gay. No, yo ya dejé de tragar entero.

1 comentario:

  1. es muy cierto el final, todo tiene que iniciar de casa. y después hacer como si la ciudad o nuestro conjunto o barrio hasta la misma universidad o colegio fuese nuestro segundo hogar y tener respeto a las normas o las diferencias cuando comprendamos que el mundo es como nuestro hogar se acabaran crímenes como el de Facundo Cabral

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