miércoles, 1 de febrero de 2012

Mujer: el mejor diablo de la tierra.

Estaba yo leyendo este blog [http://unagotitadecafe.tumblr.com/post/16359533219/mujer#] a cerca de la mujer que, en conclusión, nos dice que somos el mismísimo diablo. Bueno, en parte, sí lo comparto, sólo que debo agregar que somos un diablo bastante complicado, no somos como aquél que está en el infierno y que hace el mal a todos y tiene un tridente (aunque algunas sí tienen una gran cola, así sea postiza como la de Jessica Cediel). Yo agregaría que muchos no están tan errados al llamarnos brujas, pero todo proviene de algún sitio: de los hombres (¿Qué creyeron?, ¿que la mayor desgracia de las mujeres se iban a quedar por fuera de este escrito? ¡Pues no, soy una bruja, pero no tuerta!).

Eso de que las mujeres lloramos por todo, es mentira en un marco general, sólo lloramos por todo cuando estamos en nuestro ciclo menstrual; pero también puede pasar lo contrario, y es que el demonio sí se nos salga. Acepto que somos una especie totalmente impredecible y eso es lo que nos hace fascinantes, aunque no me atrevo a generalizar, hay algunas con las que sí se sabe qué esperar. No entraré en detalles.

También es verdad que las mujeres nos vestimos para nosotras mismas, a nosotros nos gusta exhibir que tenemos mejor ropero que las demás, y entre más ropa tengamos, quiere decir que más plata y mejor gusto tenemos, o más endeudas estamos; igual, no importa, porque así mismo estrenamos la ropa para mostrarla a ellas, entre mujeres no se vale repetir. Y es así de simple porque los hombres nunca se fijarán lo suficiente en la ropa que llevamos, sino en el reloj para el momento de quitárnosla. Así que, tranquilas, pueden recibir "la visita" en pijama, y entre más piel muestre, mejor (para él).

Principalmente, el diablo se nos sale cuando estamos borrachas, cuando nos sacan el mal genio o cuando nos rompen el corazón, y es peor cuando se mezclan. ¡Todos los hombres tienen la culpa! Ya que ninguno se toma la molestia de demostrar lo contrario o, en su defecto, nos fastidia que lo hagan. ¡Oh, sí!, el fastidio está incluido en uno de esos sentimientos que creamos en contra de los hombres.

Una noche de tragos entre mujeres despechadas se vuelve el homicidio ideal y la creación de un nuevo glosario de insultos. Y es peor el asunto cuando vemos una de esas películas románticas gringas que son basadas en libros de Nicholas Sparks donde el amor trasciende pro encima de todo; al final, terminamos llorando de la rabia ya que sabemos que ningún hombre expresaría un amor así después de cagarla al rededor de 6734 veces, casi al punto de saber que va a perder a la única mujer que estuvo ahí para soportarlo todo. Piénsenlo.

Y maldito el día que a Dios se le ocurrió sacarnos de una costilla de un hombre, desde ahí empezó esa petulante superioridad sobre nosotras que aún no terminan. Se creen tan fabulosos que sus tusas/desamores/despechos duran 15 minutos nada más (ante el mundo) hasta el próximo fin de semana que se emborrachan y empiezan a llamar y a decir estupideces que al otro día ni van a recordar. De igual manera, que son tan espectaculares que pueden escoger dentro de una gama de mujeres que están detrás de él y uno debe agradecerle el tiempo dedicado. Para saber que al final uno termina alejándose, consiguiendo otro (mejor, preferiblemente), y ahí empiezan a decir (borrachos, ya que esa es su especialidad y la forma en que mejor les sale las cosas): "tu felicidad es simplemente una fachada, deja de aparentar, sonreías más a mi lado", "¿te acuerdas de la vez que... (y ahí salen los recuerdos nostálgicos)", "me haces falta, veámonos ya (y son las 3:00am)", "estoy enamorado de tí (después de muchos meses pasados ya)", etcétera, sé que tienen muchos más.

Aunque yo también defiendo a aquellos hombres que se encuentran con esas garrapatas intensas y esas guionistas de Hollywood que se inventan una película por cada segundo que está lejos de ella. La película no sólo tiene antagónica (que es la zorra trepadora que nos está bajando al novio), sino que también tiene posibles levantes y excusas por lado y lado de todo tipo, ¡es asombroso! Aquellas que no dejan de llamar, de textear, de enviar PING por Blackberry Messenger cuando el hombre está intentando subirse el cierre del pantalón después de orinar mientras le escribe a la novia todo aquello que hace es lo peor que le puede pasar al ser humano que ama su libertad. Entiendo, sí, lo comprendo totalmente. Eso no es vivir, es estar bajo un dictadura donde el poder coercitivo es el miedo. Aunque no me molesta que nos tengan miedo, pero no bajo esas circunstancias.

Aquí no tocaré el tema del amor, porque a veces ni siquiera importa para que uno u otra lo pongan por encima de todo. Aquí lo que importa es hacer sentir celos al otro para que así podamos ver lo que siente el hombre. Las mujeres somos muy expresivas en cuanto al amor, y no sé si será cuestión hormonal -y la verdad no me interesa- pero los hombres tienden a reservarse lo que sienten y muy seguramente es porque les da pena que sus amigos los vean enamorados. Ahí el diablo femenino se sale cuando uno se harta y "deja de mostrar el hambre" alejándose: comentario que más de un amigo me ha dicho, el cual, para los hombres entre más famélica esté, más lejos de ello se encuentran.

Aquí los dejo, no sin antes decirles, hombres, que está bien no tratar de entendernos, porque el ser humano en su totalidad nunca ha logrado entenderse, ya que usualmente creen que merecen algo mejor, pero cuando no lo encuentran (cosa que casi siempre pasa), siempre terminarán volviendo a lo básico.

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